Terapia Neural

    ¿Qué es la Terapia Neural?

    La Terapia Neural consiste en el tratamiento de la persona entendido como un ente único (cuerpo, mente, emociones, energía...) a través del Sistema Nervioso Autónomo o Sistema Nervioso Vegetativo.

    El Sistema Nervioso Autónomo se encarga de regular todas las funciones involuntarias de nuestro organismo: la respiración, la digestión, el latido cardíaco, la circulación, los sistemas de excreción, etc. Cualquier experiencia vivida a nivel emocional o físico, como intervenciones quirúrgicas, cicatrices, enfermedades infecciosas, trastornos hormonales, embarazos, etc. pueden producir una sobrecarga del Sistema Nervioso Autónomo, conduciendo a un desequilibrio que adoptará diferentes formas en función de cada persona y de la experiencia vivida.

    ¿En qué consiste la Terapia Neural?

   Durante la Terapia Neural realizamos fundamentalmente pequeñas punciones en la piel, ya que es el lugar donde hay más cantidad de terminaciones del Sistema Nervioso Autónomo. Además, es conveniente recordar que la piel y el sistema nervioso comparten el mismo origen embriológico: el ectodermo.

   A diferencia de otras técnicas que utilizan la punción con aguja fina, en la Terapia Neural administramos procaína diluida (en el caso de personas que sean alérgicas, utilizamos lidocaína), teniendo en cuenta la historia de vida del paciente.

    La procaína, o también llamada novocaína, fue introducida en 1905. Es un aminoester que tiene la capacidad de bloquear el impulso nervioso, previniendo su inicio y propagación. Por lo tanto, la procaína tiene propiedades anestésicas, pero actualmente su uso como anestésico ha quedado obsoleto por la introducción de nuevos fármacos mucho más potentes y con una vida media más larga, que cumplen con todos los requisitos necesarios para tal uso.

    Pero el objetivo de la Terapia Neural no es anestésico.

    ¿Por qué se utiliza la procaína en la Terapia Neural?

    Utilizamos la procaína en la Terapia Neural por su capacidad de repolarizar y establecer el potencial de membrana celular afectada por el impulso irritativo.

  Debemos tener en cuenta que cada célula actúa como una pequeña batería de potasio con un potencial de entre 40-90 mv. Cada estímulo irritativo hace caer el potencial (despolarización). En condiciones normales, la célula se repolariza de forma inmediata, pero cuando el sistema recibe de forma continuada estímulos irritativos de pequeña intensidad o estímulos menos numerosos pero de intensidad alta, nuestro ser se debilita y pierde su equilibrio y su estabilidad, pudiendo caer enfermo.

   El trabajo “Desconocidos efectos a distancia de los anestésicos locales”, elaborado en 1928 por los médicos alemanes Walter y Ferdinand Huneke, informaba por primera vez a la comunidad científica sobre los efectos beneficiosos de la procaína, no solo en el tratamiento del segmento de una enfermedad, sino en la desaparición de síntomas mediante la punción de zonas fuera del segmento de la enfermedad (campo interferente).

    Importancia de la historia clínica y de vida

    El comienzo de una lumbalgia puede estar relacionado con un embarazo, una cesaría, etc. En estos casos, punzando la cicatriz de la cesaría y los puntos en el hipogástrico podemos resolver este síntoma.

    En cambio, en otra persona, el origen del dolor puede estar relacionado con un proceso dental, estrés laboral emocional, etc. Cada uno tiene sus propios campos interferentes y su propia historia de vida. Somos lo que somos por todo lo que hemos vivido desde el momento de nuestra gestación.